Las adicciones son un problema social actual y de gran peso, pues el consumo de sustancias tiene una gran prevalencia, 1 de cada 20 adultos, de 15 a 64 años, ha consumido al menos una droga en el último año. La sustancia más consumida a nivel mundial es el alcohol, seguido por la nicotina y el cannabis.
¿Qué son las adicciones?
La adicción se define como la dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico. Cuando pensamos en adicciones, lo más habitual es hacerlo sobre el consumo de drogas, sin embargo, esta definición evidencia la existencia de dos tipos de adicciones: las adicciones con sustancias o a drogas y las adicciones sin sustancia o comportamentales.
Algunos conceptos relacionados son:
- Droga: es toda aquella sustancia que, inducida en un organismo vivo, puede modificar una o más funciones del mismo (OMS, 1975).
- Tolerancia: es el estado de adaptación que se produce en la persona por la disminución de la respuesta del organismo a la misma cantidad de droga o por la necesidad de una dosis mayor para conseguir obtener el mismo efecto.
- Potencial adictivo de una droga: es la propensión que tiene la sustancia de crear adicción o dependencia.
- Abstinencia: es la presencia de sintomatología específica tras el cese o la interrupción del consumo de la sustancia.
- “Craving”: se refiere al deseo intenso de consumir la sustancia (ansia).
Adicciones con sustancias.
Hacen referencia a aquellas que implican drogas legales o ilegales. Estas se pueden clasificar en depresoras, como por ejemplo el alcohol o los tranquilizantes; estimulantes, como la cafeína, las anfetaminas o el tabaco; y perturbadoras, como pueden ser los alucinógenos o los derivados del cannabis.
Existen diferentes patrones de consumo, los cuales pueden ocasionar daño en la salud de la persona (por el comportamiento relacionado con la adicción, las diferentes vías de administración de las sustancias o los efectos tóxicos que tiene sobre el organismo) o daño en la salud de los demás (ya sea en forma de daño físico o mental). Los patrones pueden ser:
- Uso: el consumo de una determinada sustancia no acarrea consecuencias negativas para la persona.
- Abuso: el consumo de la sustancia se produce de forma continuada a pesar de las consecuencias negativas.
- Dependencia: el uso excesivo de la sustancia produce consecuencias negativas significativas a lo largo de un amplio periodo de tiempo.
El daño a la salud de la persona ocurre por cualquiera de las razones: comportamiento relacionado con la intoxicación, efectos tóxicos directos o secundarios sobre los órganos y sistemas corporales, o vía perjudicial de administración (intravenosa, oral, inhalada, fumada…).
Adicciones sin sustancias o comportamentales.
Este tipo de adicciones son aquellas que no implican el uso de drogas, sino que la dependencia se produce hacia ciertas actividades, y éstas son: el juego patológico o ludopatía, el uso de videojuegos o internet, el móvil, la comida, el ejercicio físico, el trabajo, las compras o el sexo. Tienen especial relevancia en nuestra sociedad actual, en gran parte debido al aumento de las nuevas tecnologías.
En lo relativo al juego patológico conviene especificar las diferencias de juego en función de la edad en adultos: los más jóvenes emplean formas de juego diferentes, como las apuestas deportivas; aquellos más mayores juegan con mayor asiduidad a juegos más tradicionales como las máquinas tragaperras o al bingo. También el tipo de juego varía en función del género: los hombres juegan más con relación a las cartas, los deportes y las carreras de caballos; y las mujeres más a las tragaperras o al bingo.
Custer (1984) elaboró un modelo explicativo sobre la ludopatía, en el que se diferencian tres fases:
- Ganancias: se juega poco y a veces se consiguen ganancias, lo que aumenta el optimismo y la autoestima de la persona que juega.
- Pérdidas: el tiempo y dinero que se invierte en el juego aumenta, lo que hace que también se incrementen las pérdidas y deudas. Esto causa deterioro familiar y laboral, así como una pérdida del control de los impulsos.
- Desesperación: en esta fase ocurren recaídas, ocultaciones, hay deterioro familiar extremo y es posible que realicen actos ilegales para conseguir dinero, también puede ser común el consumo de alcohol o los intentos de suicidio.
Es posible que los adultos tengan que enfrentarse a situaciones en las que son más vulnerables emocionalmente, que podrían llevarlos a consumir, aunque nunca hayan realizado estas conductas previamente, por lo que es fundamental realizar buenas estrategias de prevención como dar información sobre las adicciones, fomentar hábitos de vida saludables o consultar a un profesional de la salud mental.
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